Hoy es un día muy triste. Se apago ese fuego sagrado de un “pedazo” de Mar del Plata. Fue un hombre de principios, que nunca dejo de extender la mano solidaria, sin banderías políticas. Peronista hasta la medula, pero con valores humanos intachables. Vivió todas las épocas.

Hoy, recibimos un golpe al corazón. Cuando las palabras no alcanzan. El dolor cala muy hondo cuando una persona tan querida y apreciada, que hizo tanto por nuestra ciudad le pone alas a su alma y comienza a volar dejando este mundo terrenal.

En lo gremial su compromiso, su casa, fue el Sindicato Empleados de Comercio, entidad de la que fue fundador y presidente, entre 1946 y 1955, ex candidato a intendente, y ex presidente del Partido Justicialista de Mar del Plata. Fue el dirigente que un 12 de marzo del año 1954, en la inauguración del Sindicato estuvo acompañado por el entonces presidente de la República, el General Juan Domingo Perón, ante una verdadera multitud en la flamante sede mercantil, de la calle Córdoba 1771. 

En el campo deportivo,  se fue el piloto más longevo del Turismo Carretera de la actualidad. A los  98 años (nació el 25 de enero de 1924), y este año fue reconocido, en el mes de marzo, por la Asociación Corredores Turismo de Carretera (ACTC), en la multitudinaria fiesta del deporte organizada por primera vez por el Círculo de Periodistas en el Teatro Colón. Corría con el seudónimo “Gonzalito” y lo hizo, entre otras carreras, en el primer autódromo asfaltado del país “Eva Perón” (actualmente “Ciudad de Mar del Plata”), en la competencia que ganó en la carrera número 106/6 Oscar Alfredo Gálvez por el campeonato de Turismo Carretera.

En lo comercial era un empleado más en la panificadora de sus padres. También trabajo en una inmobiliaria, una zapatería y prestigiosa tienda.Sin embargo siempre fue un gentleman.

El Círculo de Periodistas Deportivos de Mar del Plata, y la familia del periodismo acompaña con un sentimiento profundo a su familia en este momento difícil, a esa pena enorme que sienten, ante la irreparable partida, un ser entrañable, en el eterno viaje al cielo de Buenaventura.