El triunfo en equipo, es el triunfo de todos.

Pasaron varios días, y atrás quedó la tercera fecha del automovilismo Regional del Atlántico, cargada de matices.

Según la historia de aquella época diversos expertos coinciden en que el 25 de mayo de 1810 fue un día gris, húmedo y con algunas lloviznas.

Así lo vivimos, con ese paisaje, en el autódromo “Ciudad de Mar del Plata”, marco de otra jornada inolvidable, festejando el día patrio deportivamente.

La lluvia sorprendió el domingo (no estaba pronosticada) y se transformo en protagonista.

Tengo poco, pero lo poco es mucho.

Perdí la cabeza, por encontrar la razón..

Es lo que teníamos, un clima desfavorable, el agua y la llovizna  convirtieron la pista en peligrosa, resbaladiza, y el público, desafiando el tiempo, que no paraba de llegar: largas colas de autos.

La lluvia sorprendió el domingo (no estaba pronosticada) y se transformo en protagonista..

El espectáculo debía continuar.

Ni imposible, ni prohibido.

Los comisarios Deportivos, Daniel Jordán y  Jorge Pierini, con sus respectivas escarapelas, conmemorando el 25 de Mayo, le dieron agilidad a la reunión, con la sincronización de las camionetas de rescate (Rodolfo Nieto, al frente), y ambas tuvieron múltiple actividad.

En la pista ellos, los pilotos, los protagonistas, acaparando la atención.

 Dada las condiciones desfavorables, tenía que tener “ojos de gato”.

 Ni valientes, ni cobardes. Unicos.

 Así son, se adapta a cada uno los desafíos que impone la organización.

Correr bajo esas condiciones climatológicas implica un alto riesgo, sobre todo con muchas sorpresas.

La potencia del motor pasa a un segundo plano y pesa más la habilidad del piloto al volante.

El domingo muchos pilotos agrandaron su legado bajo las inclemencias el clima.

Gracias a todos y cada uno.

A los equipos.

A los presidentes de Categoría.

Al autodromo.

Al público.