El automovilismo es tan particular que produce una simbiosis extraña entre el piloto y su hábitat, porque no existe una ciencia exacta. No hay lógica, no la vamos a encontrar, y si la descubrimos no nos asegura el futuro.

Solo el equilibrio y la mentalidad positiva puede depositar al piloto en el futuro, aunque el futuro no existe. El sábado pudo ser un gran domingo para Marcelo Letche Doumic y Marcos Gasparri (logro la pole) integrantes del mismo equipo, pero el sábado tan solo fue un gran reflejo de lo que no fue. “El calor fue determinante para nosotros, no tuvimos la refrigeración que los frenos necesitaban. Estaba para mucho más, seguí y arriesgue más de lo aconsejable, por eso termine en la tierra”, comentaba en el autódromo de Dolores, luego de la primera final del Turismo Special de la Costa (TSC), el piloto marplatense, nacido en ese territorio. Su espíritu lo hace más joven, creativo e inquieto. siendo joven. Sabe bien que automovilismo es un deporte que no solo depende de tu propio talento. Cada carrera, cada día, te presenta una sintonía diferente. En cada segundo cambia la pista, el clima. Cada momento es impredecible y el piloto tiene que reaccionar con su impronta. Su poca experiencia, pero su madurez y equilibrio, lo fortalecen. “La verdad?...para que negarlo, tenía muchas expectativas. Los resultados parciales son alentadores, falta rubricar el resultado final y eso me motiva” Como todo lo que sucede en la vida, el tiempo se encarga de valorar los momentos que para muchos pueden pasar inadvertidos.- Así lo hacía al final de la tarde del domingo Marcelo Letche Doumic, con apenas dos carreras en la categoría, sorprendentemente con el aplomo que no es fácil digerir.

 

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