Nunca me prepare para este momento. Como escribir, si todavía  no lo puedo creer. Me lo dijeron, pero para mí estás dando vuelta por algún rincón  de nuestra querida Mar del Plata., tomando un café con algún amigo.

Que difícil es escribir cuando duele el alma, Quisiera creer  que no es verdad. Que es mentira, pero la realidad me dice lo contrario. Me dice que vas camino a un carrera sin regreso. Ese camino sin retorno.

Recibí  un golpe al corazón. Esta “mier…” de bicho nos hace decir “algún día”, y algún día es mucho tiempo…

 

 

Fuiste un campeón amigo. Un crack de verdad “Titín”. Hoy, todos, te valoramos todavía mucho más. Fuiste el que siempre movilizó a la generación de la Monomarca 128. Nos mancomunaste para que esa leyenda se mantuviera unida, viva.

Fuiste el primero que aposto a la propuesta de Félix Scenna, su creador. Te convencí para que armaras el primer auto. Formaste parte de una gran comisión que encabezo César Maggi y le dio mayor esplendor a la categoría con premios extra a través de la venta de diez carteles de los que vos tenías gran parte de responsabilidad como tesorero.

La “pucha”, lo que es el destino…cuando teníamos 25 años nos parecía todo eterno y así vivimos “Titín”, soñando cada día. Viviendo cada aventura, “patrullando” la noche, laburando de día.

La vida nos hizo grandes amigos. Vos, en tu esquina de J.B. Justo y La Rioja al lado de Berges y yo, con la redacción del diario “El Atlántico”, donde sacamos la primera foto de ese Fiat 128 negro inmaculado promocionando la flamante categoría.

Los años pasan y descubrimos que el tiempo no es amigo. Pasamos muchas cosas, pero nunca pensé en escribirte esta líneas. Carajo, estás lágrimas no son joda, nace del corazón, lo que le pasa a tantos amigos. Está maldita pandemia no dejó que volvieramos a juntarnos. Cosa extraña porque tuviste que despedirte en soledad, vos que fuiste amigo de todos, el que ponía una luz de esperanza a la vida, con ese valor de la palabra y el compromiso. Lo que es el destino, vos que pensabas en todos nosotros..nos dejaste en soledad… Pero sabes algo Miguel, de algo estoy seguro…se que viviste y disfrutaste cada momento. Le pusiste vida a tu vida. Nos regálate tu amistad..y algo más importante, a pesar de lo superficial, siempre sobrevira ese romántico que había en vos.

Me dijeron que te fuiste sabes..es increíble creerlo todavía. Fuiste un “pura sangre”, con sentimientos. En tu vida, cada amigo siempre fue importante. Te me adelantaste “Titín”. Todavía tenemos aventuras pendientes, muchos asados por compartir. Lo sé…se que nunca te hubieras querido marchar porque acá dejaste tu vida entera y una pila de amigos que te estamos extrañando.

Vuela alto “Titín”, hasta la próxima parada. Nada nos va a detener. Si esperas  que te diga adiós, no lo voy hacer.  Hasta la vista amigo, que tu estrella nos siga guiando siempre, que ilumine a tu hijo Andrés, a tu esposa...

Así te recuerda este amigo de algunas “batallas” y aventuras como siempre… "negro" López.